Son revestimientos pétreos en paramentos verticales, que cumplen funciones de aislamiento y decoración, pero no portante. Este tipo de colocación de fachada en piedra natural, se realiza mediante material de agarre, morteros o adhesivos cementosos, formando conjunto con la fábrica de obra. Este tipo de colocación se realiza con baldosas de piedra natural, trabajadas con maquinaria de corte y tratamiento de piedra y dimensionadas a medida concreta, generalmente rectangular.
Es aconsejable e incluso obligatorio a partir de cierta altura, para asegurar la adherencia de la piedra al soporte, incorporar a estos chapados anclajes de acero inoxidable, que complementados con el mortero la sujeción de los mismos. Estos se introducen en los cantos o trasdós de las placas en un extremo y el contrario queda empotrado en el soporte y tapado con el mortero de agarre.
Es importante a la hora de plantear este tipo de colocación, tener en cuenta los siguientes pasos:
Es un revestimiento pétreo en el que las piedras naturales que lo conforman son de formato irregular, también llamado planchón, laja o piedra de cantería. Se consiguen con ellos un ambiente rústico o de aire pretendidamente rústico a modo decorativo.
Este tipo de piedra se extrae con medios manuales directamente de cantera, sin sufrir procesos industriales de corte. Se consiguen dimensionar dichas piezas, abriéndolas por medio de lajado, por sus planos de exfoliación o capa natural de corte, consiguiendo tamaños y formatos completamente irregulares. Debido al menor tratamiento y manipulación del material, suele resultar también un material disponible a precios más económicos.
Al igual que en cualquier otro tipo de aplacado, debemos de seguir unos simples pasos para conseguir una correcta ejecución:
Este aplacado exterior potencia la imagen visible del edificio y le proporciona una serie de cualidades que se relacionan con la sobriedad, elegancia o durabilidad.
Este tipo de revestimiento en piedra natural para paramentos verticales, se coloca con lajas o tochos de piedra, generalmente pizarra, aunque también se utilizan cuarcitas, areniscas, etc., para este uso. Asentadas unas sobre otras, a modo de mampostería, pero sin dar como resultado una fachada portante, sino un revestimiento de fachada.
Según se precise estéticamente, se puede optar por una colocación en seco, sin junta de cemento ó bien con juntas rellenas de cemento entre piedra y piedra, a modo de mampostería en seco o mampostería ordinaria.
El material suele ocupar aprox. 10 cm, dependiendo del material utilizado claro está, y junto con los materiales de agarre, hace que este tipo de revestimientos tengan a partir de 15 cm de espesor, lo que le confiere un gran poder de aislamiento al edificio en donde se colocan.
Aun siendo un revestimiento de un uso y estética de origen rústico y rural ó incluso de zonas de montaña, ha sido adoptado por la arquitectura moderna, gracias a su belleza, calidez y durabilidad; y es común verlo colocado en edificios modernos de nueva construcción en urbanizaciones residenciales.
Para asegurar la adherencia del revestimiento, más siendo este tan pesado, no solo debemos utilizar el mortero de cemento que unirá las lajas de piedra a la fábrica, hay que añadir a modo de armazón, llaves o mallazo de acero corrugado, colocadas a tresbolillo, para conseguir unir todo el revestimiento a la base vertical, siendo esta una fábrica de ladrillo u hormigón.
La fachada ventilada es una solución constructiva de revestimiento pétreo de edificios cuyo principal objetivo es separar la función impermeable de la función de aislamiento térmico, cumpliendo las exigencias de protección térmica, de ahorro de energía y de protección medioambiental. Se ha ido consolidando con gran aceptación entre arquitectos y constructores, sobre todo por su elevada calidad, posibilidades estéticas y por sus indiscutibles ventajas de aislamiento térmico y acústico.Los anclajes puntuales son aquellos que son fijados directamente a fábrica y que soportan el peso de las losas del revestimiento al muro portante. Pueden ser con o sin regulación. El material del muro portante tiene que ser de ladrillo macizo o semimacizo u hormigón, nunca de ladrillo hueco o bloque de hormigón. La fijación se realiza al muro con taco químico o mecánico, mediante una varilla roscada o corrugada de acero inoxidable; la longitud de empotramiento en la fábrica de la ladrillo será siempre mínimo el doble de la longitud de su vuelo y nunca inferior a 75 mm.
Las placas de piedra natural cumplen dos funciones, la estética y la de paramento de las agresiones medioambientales, creando una cámara de aíre única y continúa entre placa pétrea y soporte que hace la función de aislamiento térmico. Creando de este modo una cámara de aire que, por el “efecto chimenea”, activa una eficaz ventilación natural, consiguiendo de esta forma un gran ahorro en el consumo energético.
Los elementos constructivos en una fachada ventilada son:
Se considera el sistema más eficaz para solucionar el aislamiento del edificio, eliminando los puentes térmicos así como los problemas de condensación.
En los sistemas de fachada ventilada con perfilería, los anclajes van fijados a una subestructura auxiliar metálica, a modo de rastreles, la cual va anclada con taco mecánico a los elementos estructurales del edificio (cantos de forjado, jácenas de borde o pilares). Esta técnica permite diferenciar los procesos de montaje de la subestructura y la colocación de las placas de piedra natural, permitiendo con mayor facilidad la manipulación y cambio de las losas que conforman la fachada.
Estos sistemas son más eficaces que los anclajes puntuales, ya que las estructuras transmiten directamente los esfuerzos del revestimiento a la estructura del edificio, puesto que los anclajes de carga principales son colocados en los frentes de los forjados. Permiten también una mayor distancia entre el revestimiento y el muro portante, que nos permitirá en caso necesario colocar en el interior de la cámara de aire canalizaciones que no queremos que sean vistas como bajantes de agua u otras.
Las estructuras suelen ser de perfiles verticales donde se fija, bien el propio anclaje que soportará parte de la carga de las losas directamente, o bien un perfil horizontal, el cual completaría dicha subestructura, que a su vez puede soportar directamente la carga de las losas o fijar a este el anclaje que lo soportaría. Habitualmente en este tipo de sistemas, el perfil vertical va anclado mediante unos anclajes que permiten su regulación para lograr un aplomado y alineado de la fachada.
Por norma todos los sistemas de perfilería vertical sitúan los anclajes de mayor carga en los frentes de forjado e incluyen apoyos intermedios que anulan las vibraciones que se puedan ocasionar por cualquier causa, sobre todo por la acción del viento.
Otra de las ventajas de este tipo de sistemas es la capacidad de soportar cargas superiores a otros sistemas con mayor facilidad. El muro portante puede ser entonces de ladrillo hueco, ladrillo macizo o semimacizo, hormigón o bloque de hormigón, menos usado por la dificultad para fijar el sistema de anclaje, o también puede ser de soportes estructurales discontinuos.
Los elementos constructivos en una fachada ventilada son:
Llamamos mampostería al sistema tradicional de construcción, que consiste en erigir muros mediante colocación manual de los elementos pétreos que los componen (mampuestos), que suelen tener una labra tosca o sin labrar.
Este sistema permite realizar fachadas portantes; es apta para construcciones en alturas grandes. La mayor parte de la construcción es estructural.
A la disposición y trabazón dadas a los materiales empleados en los muros se llama aparejo.
Se pueden distinguir los siguientes tipos de mampostería:
Mampostería en seco
En este tipo de mampostería no se emplea ningún mortero. Hay que escoger los mampuestos uno a uno para que el conjunto tenga estabilidad. Se emplean piedras pequeñas, llamados ripios, para acuñar los mampuestos y rellenar los huecos entre estos.
Mampostería ordinaria
Se ejecuta con un mortero de cemento (antiguamente de cal). Las piedras deben adaptarse unas a otras lo más posible para dejar el menor porcentaje de huecos rellenos de mortero.
Mampostería careada
Es la fábrica de mampostería cuyos mampuestos se han labrado únicamente en la cara destinada a formar el paramento exterior. Los mampuestos no tienen formas ni dimensiones determinadas. En el interior de los muros pueden emplearse ripios pero no en el paramento visto.
Mampostería concertada
Consiste en la fábrica de mampostería, cuyos mampuestos tienen sus caras de junta y de parámetro labradas en formas poligonales, más o menos regulares, para que el asiento de los mampuestos se realice sobre caras sensiblemente planas.
No se admite el empleo de ripios y los mampuestos del paramento exterior deben prepararse de modo que las caras visibles tengan forma poligonal y rellenan el hueco que dejan los mampuestos contiguos. Debe evitarse la concurrencia de cuatro aristas de mampuestos en un mismo vértice.
Cuando la fábrica sea de un espesor mayor que el de los mampuestos, se procederá a asentar primero los mampuestos de los paramentos vistos, y se colocarán después los principales mampuestos del relleno, acuñados con ripios si fuera necesario. De trecho en trecho se unirán los dos paramentos con llaves o perpiaños tan largos como sea preciso para dar trabazón al conjunto. Si el espesor fuera tan grande que no se pudiese abarcar con una sola llave, se colocan entonces dos o más, alternadas, que alcancen más de la mitad de espesor y, si fuera preciso, se engatillarán por sus colas con abrazaderas metálicas.