La fachada ventilada es una solución constructiva de revestimiento pétreo de edificios cuyo principal objetivo es separar la función impermeable de la función de aislamiento térmico, cumpliendo las exigencias de protección térmica, de ahorro de energía y de protección medioambiental. Se ha ido consolidando con gran aceptación entre arquitectos y constructores, sobre todo por su elevada calidad, posibilidades estéticas y por sus indiscutibles ventajas de aislamiento térmico y acústico.Los anclajes puntuales son aquellos que son fijados directamente a fábrica y que soportan el peso de las losas del revestimiento al muro portante. Pueden ser con o sin regulación. El material del muro portante tiene que ser de ladrillo macizo o semimacizo u hormigón, nunca de ladrillo hueco o bloque de hormigón. La fijación se realiza al muro con taco químico o mecánico, mediante una varilla roscada o corrugada de acero inoxidable; la longitud de empotramiento en la fábrica de la ladrillo será siempre mínimo el doble de la longitud de su vuelo y nunca inferior a 75 mm.
Las placas de piedra natural cumplen dos funciones, la estética y la de paramento de las agresiones medioambientales, creando una cámara de aíre única y continúa entre placa pétrea y soporte que hace la función de aislamiento térmico. Creando de este modo una cámara de aire que, por el “efecto chimenea”, activa una eficaz ventilación natural, consiguiendo de esta forma un gran ahorro en el consumo energético.
Los elementos constructivos en una fachada ventilada son:
Se considera el sistema más eficaz para solucionar el aislamiento del edificio, eliminando los puentes térmicos así como los problemas de condensación.